La Gran Alianza que
había derrotado al Eje en una cruenta guerra de casi seis años se rompió en
el corto plazo de unos meses. La guerra fría entre
Estados Unidos y el bloque que dirigirá y la URSS y sus aliados marcará la
escena internacional por casi medio siglo.
La ruptura no fue sin embargo inmediata ni
inevitable. Roosevelt había soñado en Yalta un
mundo en el que las dos superpotencias que surgían de la guerra, los EE.UU. y
la URSS, pudiera colaborar pese a representar sistemas económicos, políticos e
ideológicos tan diferentes. Stalin
necesitaba la cooperación de las otras grandes potencias para reconstruir su
país y contaba con la colaboración norteamericana para la cuestión de las
reparaciones alemanas.
Además, el espíritu general de los pueblos europeos
era de un profundo anhelo de renovación y justicia social. El triunfo de los
laboristas de Atlee en el Reino Unido y el que los comunistas
obtuvieran más del 25% de los votos en Francia e Italia o el 38% en Checoslovaquia
mostraban a las claras la popularidad de las fuerzas de izquierda que en las
zonas ocupadas por los nazis habían llevado el peso de la resistencia.
Por un momento se pensó que la colaboración era
posible. El mejor lo constituía Checoslovaquia: tras las elecciones de 1946, el
presidente de la República, Edvard
Benes, representante de la mejor tradición liberal y demócrata
europea, formaba un gobierno de unión nacional en el que un tercio de los
ministros eran comunistas.
Las potencias vencedoras mantuvieron también por poco
tiempo diversas acciones comunes: los Juicios de Nüremberg que significaron el
juicio y condena de los altos dignatarios nazis acusados de crímenes contra la
humanidad o los tratados de paz de París firmados en 1947
con los antiguos aliados de Alemania e Italia son ejemplos de ello.
El ambiente enrarecido que ya se había empezado a
respirar en la Conferencia de Potsdam terminó por aflorar
claramente en 1946.
En enero se produjo un primer encontronazo en la ONU
cuando la delegación iraní protestó por la prolongación de la ocupación
soviética de sus provincias septentrionales, continuación que violaba un
acuerdo firmado por los Aliados durante la guerra. La dura
reacción norteamericana consiguió que la URSS se retirara a los pocos meses.
En febrero, además de descubrirse una red de espías
soviéticos en Canadá, Stalin pronunció
un duro discurso en Moscú en el que no dudó en afirmar que el capitalismo y el
comunismo eran "incompatibles" y que la URSS debía prepararse para un
período de rearme.
Dos semanas después, George
Kennan, experto en asuntos soviéticos del Departamento de Estado
norteamericano, envió un telegrama a Washington. Este telegrama de dieciséis
páginas contenía un análisis demoledor: la Unión Soviética era un estado
irrevocablemente hostil a Occidente que continuaría con su política
expansionista.
El 5 de marzo de 1946, Churchill visitó
los EE.UU. y pronunció un célebre discurso en la universidad de Fulton, en el
estado de Missouri. El veterano político británico consagró la expresión "telón de acero" para referirse a la frontera
que separaba a la Europa dominada por el ejército soviético del resto.
Como una réplica al telegrama de Kennan, el embajador soviético en
Washington, Nikolai Novikov, envió también un largo telegrama a Moscú en
septiembre. En él afirmaba que los EE.UU. buscaban dominar el mundo y estaban
preparando una guerra para ello. Los telegramas de los enviados diplomáticos
eran una buena prueba del creciente deterioro de las relaciones entre los
antiguos aliados.
El año 1946 supuso el fin del entendimiento entre los
aliados. Aunque los partidos comunistas occidentales participaban aún en
gabinetes de coalición en países como Francia y como Italia, dos cruentas
guerras civiles enfrentaban a comunistas y conservadores en Grecia y China,
y la tensión entre las administraciones de ocupación occidentales y soviética
en Alemania era creciente.
El año 1947 marca el fin definitivo de la antigua
alianza. En un Europa en la que la reconstrucción no ha comenzado aún, el
hambre y el descontento social son el contexto en el que crece y crece la
desconfianza entre antiguos Aliados. Mientras los países occidentales
desconfían del expansionismo soviético en las zonas donde el Ejército Rojo se
ha asentado, los soviéticos se quejan de que los occidentales no envían a la
URSS la parte correspondiente de las reparaciones que debían extraerse en sus
zonas de ocupación, dificultando la recuperación de una URSS en ruinas.
El año se inició con una clara violación soviética de
los acuerdos de Yalta en lo referido a Polonia. Las
elecciones se celebraron en enero tuvieron lugar en un ambiente de falta de
libertad y arbitrariedad que permitió el triunfo de los candidatos comunistas.
En febrero de 1947 una alarmante nota del gobierno
británico llegó a Washington. En ella se informaba a Truman
y a su nuevo Secretario de Estado, George
Marshall, de que el gobierno de Londres era incapaz de
continuar apoyando al gobierno conservador de Atenas en su lucha contra las
guerrillas comunistas griegas. También comunicaba que la nota que Gran Bretaña
era incapaz de seguir ayudando financieramente a Turquía.
Los norteamericanos reaccionaron vivamente a esta
nueva amenaza. Conscientes de que las zonas bajo dominio soviético eran
"irrecuperables", optan por implicarse activamente en la defensa del
sur y del oeste del continente. En un discurso pronunciado el 12 de marzo en el
Congreso, Truman no solo demandó la aprobación de
una ayuda de 400 millones de dólares para Grecia y Turquía, sino que se sentó
una verdadera doctrina de política exterior, la Doctrina Truman. Afirmando que EE.UU. ayudaría
a cualquier gobierno que hiciera frente a la amenaza comunista, el presidente
norteamericano proclama la voluntad de su país de aplicar una política de contención del
comunismo .
Esta nueva voluntad estadounidense tenía su principal
desafío en Europa occidental. Aquí la recuperación tras la devastación de la
guerra estaba siendo muy lenta o inexistente lo que favorecía la agitación y la
propaganda comunista. Francia e Italia tenían poderosos partidos comunistas que
podrían ser la base de la expansión soviética al occidente del continente. El
nuevo ambiente de enfrentamiento provocó la expulsión de los ministros comunistas que participaban en
gobiernos de coalición en París, Roma y Bruselas en el período de marzo a mayo
de 1947.
Esta medida no era, sin embargo, suficiente. Para
contener al comunismo era necesario poner las condiciones económicas que
impidieran su expansión. Así, el 5 de junio de 1947 en un discurso en la
universidad de Harvard, el secretario de estado, George
Marshall, anunció el Programa
de Recuperación Europeo (European Recovery Program),
conocido popularmente como el Plan Marshall.
Se trataba de un masivo programa de generosa ayuda
económica para Europa. Aunque el Plan servía claramente a los intereses
diplomáticos y de potencia de EE.UU., lo que Churchill calificó,
quizá exageradamente, como "el acto menos sórdido de la historia",
supuso una extraordinaria inyección de ayuda económica que permitió la
acelerada recuperación de Europa occidental.
Washington ofreció la ayuda a todos los países
europeos, aunque determinó que para recibirla era necesario crear mecanismos de
colaboración económica entre los beneficiarios. Este hecho precipitó la
negativa de Stalin a aceptar el Plan, forzando a los
países que habían caído bajo su esfera de influencia a rechazar la ayuda. El Plan Marshallvino a dividir a Europa en dos: la
occidental que va a iniciar un rápido crecimiento económico y la oriental,
sometida a la URSS, y que va a tener grandes dificultades de desarrollo. La
excepción a esta regla fue la España de Franco,
a la que se negó la ayuda por el carácter fascista de su régimen político.
A la vez que EE.UU. lanzaba estaba masiva operación de
ayuda, la administración de Truman creó
los instrumentos institucionales de la guerra fría al aprobar en julio de 1947
la Ley de Seguridad Nacional por la que se creaban la CIA y el Consejo de
Seguridad Nacional.
La URSS, que había obligado al gobierno checoslovaco a
renunciar alPlan Marshall tras haberlo aceptado,
reaccionó en septiembre de 1947 creando la Kominform (Oficina de Información de los
Partidos Comunistas y Obreros). Este organismo tenía como finalidad coordinar y
armonizar las políticas de los partidos comunistas europeos.
En la reunión constitutiva de la Kominform, el representante soviético, Andrei
Jdanov, emite lo que se ha venido en conocer como la Doctrina Jdanov: en ella se constata la
división del mundo en dos bloques y la necesidad de que los países de lo que el
denominó el "campo antifascista y democrático" siguieran el liderazgo
de Moscú.
La
guerra fría comienza en Europa
El año 1948 constituyó el
primer año de la guerra fría. El continente europeo, que aún apenas había
iniciado a restañar las heridas de la guerra, fue el escenario de una
importante crisis internacional.
La Doctrina Jdanov había marcado el punto de no retorno
en la conversión forzada de la Europa central y oriental al modelo configurado
por Stalin en la
URSS. Una tras otra las naciones dominadas por el Ejército Rojo fueron
constituyéndose en lo que se vino a denominar "democracias
populares": partido único, colectivización de la tierra, planificación
económica centralizada, prioridad a la industria de base, persecución de
cualquier tipo de disidencia... La URSS extendía su modelo en su área de
influencia.
En ese rápido proceso que duró
pocos meses, el momento clave lo constituyó el Golpe de Praga en
febrero de 1948. El líder comunista Gottwald, con la aprobación de Stalin, hace
un llamamiento a la huelga general que se ve apoyada por "milicias de
trabjadores" que frenan cualquier resistencia de las fuerzas
democráticas. En pocos días, la democracia checoslovaca se vio convertida
en otra "democracia popular". En los meses siguientes
La repercusión en Europa
occidental del Golpe de Praga fue inmensa y aceleró las medidas occidentales
que precipitarán la crisis de Berlín.
Mientras tanto, Stalin se
encontró con un problema inesperado en su propósito de alinear férreamente a
los "países satélites" bajo la férula de Moscú. La Yugoslavia de Tito,
un país en el que las guerrillas comunistas habían expulsado a las tropas del Eje con muy escasa ayuda soviética,
practicó una política exterior independiente que vino finalmente a chocar con
la posición del Kremlin. A la condena de la Kominform en
junio de 1948, le sigue la ruptura de relaciones diplomáticas de la URSS en
agosto. El gobierno de Titoresisitió
el envite con el apoyo de una población multinacional unida bajo la idea de la
independencia ante Moscú. El cisma yugoslavo fue
un duro golpe para Stalin y reforzó sus tendencias paranoicas respeto a
los demás líderes comunistas. A partir del verano de 1948, las purgas se
extendieron en las filas comunistas de las nuevas "democracias
populares".
La antigua capital del Reich
había sido dividida en cuatro zonas de ocupación y se hallaba situada en el
corazón de la zona de ocupación soviética. Las crecientes discrepancias entre
los antiguos aliados hicieron de la cuestión de Berlín uno de los temas clave
de la guerra fría.
El Golpe de Praga aceleró el enfrentamiento ya iniciado
anteriormente sobre la cuestión alemana. Abandonadas las negociaciones para
acordar un status político común a la Alemania ocupada tras el fracaso de
la Conferencia de Londres en 1947, los representantes de EE.UU.,
Gran Bretaña y Francia se reunieron y alcanzaron los Acuerdos de Londres (abril-junio de 1948) para iniciar un
proceso constituyente en sus zonas de ocupación.
El 18 de junio de 1948, los
aliados occidentales dieron un paso más creando una nueva moneda para sus zonas
de ocupación: el Deutschemark. Los soviéticos reaccionaron aplicando una
reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad de Berlín, a la que
consideraban parte integrante de la zona soviética. Cuando los occidentales
trataron de introducir el Deutschemark en sus zonas de ocupación de Berlín. Las
protestas soviéticas se tornaron en actos: se inició el bloqueo de Berlín. Mediante la
interrupción de toda comunicación terrestre entre las zonas de ocupación
occidental y Berlín occidental, Stalin confiaba
en que Berlín oeste caería como una fruta madura en sus manos.
La reacción occidental
sorprendió al dictador soviético. Los norteamericanos, con una pequeña ayuda
británica, organizaron un impresionante puente
aéreo que durante once meses
y mediante más 275.000 vuelos consiguió abastecer a la población sitiada. Al
mismo tiempo, la Casa Blanca hacía saber al Kremlin que no dudaría en usar la
fuerza para hacer respetar los "corredores aéreos" que unían Berlín
con la Alemania occidental. Stalin había
subestimado las posibilidades del transporte aéreo y la resolución occidental a
hacerle frente: el 12 de mayo de 1949 levantó el bloqueo de Berlín.
La crisis de Berlín creó un
sentimiento fuerte de solidaridad entre los alemanes occidentales y los
norteamericanos. Esta situación facilitó la culminación de la partición de
Alemania: las tres zonas occidentales se constituyeron en la República Federal de Alemania que se dotó de una Ley Fundamental el 8 de mayo de 1949. Esta
constitución establecía un sistema liberal democrático y contó con el visto
bueno de las potencias occidentales. La URSS reaccionó en octubre con el
establecimiento en su zona de ocupación de la República
Democrática de Alemania, un estado creado siguiendo el modelo de las
"democracias populares".
Esta partición de Alemania era
la concreción en el corazón de Europa de la división bipolar del mundo: sólo
unos días antes, el 4 de abril de 1949, se firmaba el Washington el Tratado del
Atlántico Norte que daba nacimiento a la OTAN. Nos ocuparemos más adelante del nacimiento de esa
estructura bipolar que caracterizó al mundo durante el período de la guerra fría.
Este bloque está conformado y dirigido por países de
economía capitalista con un alto nivel de desarrollo y sistemas políticos
democráticos. El levantamiento de las trabas al comercio mundial patrocinado y
gestionado por instancias internacionales como el Fondo Monetario Internacional
(FMI) o el GATT propiciaron los intercambios comerciales y monetarios, lo que
evitó tendencias aislacionistas.
Sin embargo, la gran cuestión que va a llevar a que
EE.UU. se lance, contrariando sus tradiciones históricas, a la constitución de
un bloque constituido en torno a alianzas será reforzar a una Europa Occidental,
totalmente necesaria para no perder la guerra fría.
La Doctrina
Truman y, sobre todo, el Plan Marshall constituyeron
los dos primeros pasos de la nueva postura norteamericana. La reconstrucción de
las economías europeas y la consecución de una cierta estabilidad social fueron
elementos clave de la "contención" del comunismo en Europa. El European
Recovery Program, más conocido como Plan Marshall,
hizo que EE.UU. planteara la necesidad de una coordinación económica europea.
Así, en 1948, nació la Organización Europea de Coordinación Económica (OECE),
embrión de la futura Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE). La conclusión de este proceso de conformación del bloque
occidental concluyó en 1949 con la firma del Pacto Atlántico y
la constitución al año siguiente de la OTAN, la gran alianza
militar occidental.
Los EE.UU. van a jugar un papel esencial en la
posguerra empujando a la Europa Occidental hacia la construcción de la unidad
europea. La "idea europea" no era nueva. Ya tras la primera guerra
mundial, durante el período de
entreguerras figuras como Coudenhove-Kalergi o
estadistas como Aristide
Briand defendieron un proyecto integrador que fracasó
estrepitosamente tras la depresión de 1929 y el ascenso de los fascismos.
Tras la segunda guerra mundial, diversas iniciativas llevaron
a la adopción de los primeros pasos concretos en el camino de la integración.
En mayo de 1948, más de 750 figuras europeas, muchos prominentes políticos ente
ellos, se reunieron en el Congreso de La Haya y en 1949 nacía
el Consejo de Europa.
Sin embargo, fue en el bienio 1950-1951, cuando en
Corea se iniciaba el primer "conflicto caliente" de la guerra fría,
cuando se tomaron los principales
pasos que iniciaron el proceso de integración: la Declaración
Schuman y su inmediata consecuencia la creación de la Comunidad
Europea del Carbón y el Acero (CECA).
La Europa occidental había iniciado un camino unitario
en el que la integración económica tenía un papel esencial. La firma de los Tratados de
Roma en 1957 y el nacimiento de la Comunidad Económica
Europea será el siguiente y decisivo paso.
La guerra fría y
la experiencia histórica del período de entreguerras llevaron a los EE.UU. a
dar un giro histórico en su tradicional aislacionismo.
Más allá de los lazos trasatlánticos con la Europa Occidental, la Secretaría de
Estado norteamericana se lanzó a la construcción de una serie de alianzas
internacionales que consolidaran al bloque occidental:
- Ya en tiempos de Truman se
firmó en 1947 el Tratado de Rio con veinte países
latinoamericanos. Esta iniciativa concluyó en 1948 con la fundación de laOrganización
de Estados Americanos (OEA). Esta institución ha estado siempre basada
en un desequilibrio de fuerza patente entre la potencia norteamericana y
el resto de los países del continente.
- La guerra
de Corea llevó en 1951 a la constitución de una
alianza militar en el Pacífico: el ANZUS (Australia,
New Zealand, United States) y la firma del Tratado
de San Francisco con Japón, antiguo enemigo con el que
EE.UU. concluía un tratado de defensa.
- El presidente Eisenhower y su Secretario de Estado Foster Dulles completaron y sistematizaron la red de alianzas occidental: en 1954 nació la SEATO (siglas en inglés para la Organización del Tratado de Asia del Sureste) con Gran Bretaña, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, Tailandia y Pakistán; en 1955 se firmó el Pacto de Bagdad, alianza de seguridad en el Próximo Oriente en el que agrupaban Gran Bretaña, Turquía, Irak, Pakistán e Irán. Al retirarse de la alianza Irak en 1959, este pacto se tranformó en el CENTO (siglas en inglés para la Organización del Tratado del Centro).
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