sábado, 18 de mayo de 2013

LA PESTE NEGRA



C
onocemos con el nombre de peste negra, a la epidemia que desde 1347 a 1350 azotó a casi todo el continente Europeo. A juzgar por la inflación de los ganglios linfáticos que producía, se trató de una epidemia de Peste Bubónica. Para algunos tratadistas antiguos existieron desde el punto de vista médico otras variantes: La peste Septicémica, que dejaba sentir sus efectos sobre la sangre y la Neumónica, que producía inflamación pulmonar las mismas que casi siempre resultaban siendo mortales.


Todo induce a pensar que la epidemia provenía de Asia probablemente de la India y que llegó a Europa como consecuencia de la los contactos comerciales que las grande potencias mercantiles que Italia sostenía con el próximo oriente. Entre los años 1349 y 1350 se extendió por Inglaterra el Norte de Europa y Escandinava. Solo regiones muy concretas pudieron escaparse de sus desbastadores efectos como los Países Bajos, Bohemia y Hungría.

El descenso demográfico en algunas zonas fue realmente terrorífico. En China y en la India por ejemplo la peste produjo un mortandad que iba del 60 al 90 % los índices de la pulmonar fueron prácticamente del 100%.

Estudios recientes ponen de manifiesto que las consecuencias más importantes de la gran crisis agraria, (abandono de las granjas, disminución de las rentas agrarias, caída de los precios agrícolas) generalmente en toda Europa fueron el resultado de la peste. El abandono de las explotaciones agrarias afecto primordialmente a aquellas que se encontraban aisladas o en las montañas, esto motivo la migración hacia los valles, hacia las tierras despobladas provocando así la despoblación en las extensas zonas montañosas.

El hecho de que en Rusia la peste de 1351 y 1352 hubiese ido precedida de diversas catástrofes como heladas sequías e inundaciones haría que sus consecuencias se dejaran sentir como en el resto de Europa.

Por el contrario desde 1300 hasta 1528 la población de Hungría paso de 2 millones de habitantes a 4 millones. Ello se debió a que la peste no fue precedida por el hambre o que el país no tenia puertos marítimos y que la población húngara tenia el tipo de sangre “B” que es más resistente que el “A”.

A mediados de 1348 la peste negra amenazó el reino de Castilla, donde a consecuencia del contagio falleció el propio Monarca Alfonso XI cuando se hallaba sitiando la plaza de Gibraltar.

En Navarra el descenso demográfico provocado por la peste de 1348 y 1362 fue del 78% esta caída vertiginosa se agravó como consecuencia de los brotes epidémicos que se produjeron en 1381, 1383, 1384, 1386, 1411, etc, y  de las guerras con Castilla en el siglo XV.

En Portugal el retroceso demográfico, hizo que los campesinos se dirigiesen en masa a la ciudad atraídos por los puestos de trabajo que habían quedado libre, lo cual provocó en el campo una grave crisis de mano de obra lo que provocó una grave crisis demográfico de las zonas rurales. La peste negra marca el fin de la época agraria y el comienzo de predominio de la ciudad; por otra parte toma un extraordinario un incremento en el proceso de liberación del trabajador rural.

Las graves consecuencias de la epidemia fueron: Despoblamiento, que debilita la defensa de los territorios de la colonia, disminución de las rentas públicas, fallecimiento de notarios, juristas, religiosos y médicos; es decir de profesionales que mantenían estrecha relación con los enfermos; ocupación ilegal de bienes que han quedado sin propietario, saqueo de fincas desabitadas; abandono de las labores del campo; matanza de judíos, a los que se le acusó de haber provocado las epidemias.

La despoblación fue peor en el campo que en la ciudad, y sobre todo en las zonas montañosas. El éxodo hacia las grandes ciudades permitió a estas compensar las enormes pérdidas de población provocadas por una mayor facilidad en el contagio.

En síntesis la peste negra de 1347 y 1351 constituye una de las mayores catástrofes demográficas que registra la historia de la humanidad. Contribuyó de manera poderosa a desencadenar o agravar la crisis económica y social que vivió Europa desde mediados del siglo XIV hasta fines del siglo siguiente.

CESE DE LA EPIDEMIA

La peste permaneció endémica cuando no epidémica en Europa durante los siguientes tres siglos y desapareció de forma gradual tras 1670, fecha del último brote en Inglaterra. La mayoría de las naciones occidentales se libraron en adelante de las grandes epidemias, aunque Marsella fue la excepción en 1720. Permaneció, sin embargo, en el Próximo Oriente y Asia, y fue preciso tomar precauciones para frenar su expansión. La frontera entre los Imperios Austro-Húngaro y otomano permaneció como un cordón sanitario, equipado de forma activa cuando aparecía un brote de la enfermedad en el Lejano Oriente. La causa del declive en la incidencia de la peste sigue siendo desconocida. ¿Tal vez se debió a que la rata negra fue reemplazada por la parda y ésta resultó peor transmisora de la pulga? ¿Mejoraron las condiciones de vivienda y las condiciones de vida? ¿Se hicieron los seres humanos, tras siglos de infección, inmunes a ella? Los avances médicos, tan importantes en la eliminación de otras enfermedades fatales en el mundo moderno, parecen haber jugado un papel insignificante en el caso de la peste.






La rata gris, también llamada rata común o rata parda, pertenece, junto al topillo, el lemming y el hámster dorado, a la familia de los Múridos. Su capacidad de adaptación a nuevos medios es extraordinaria, y además, son animales muy prolíficos. Por otro lado, actúan como vectores en la transmisión de ciertas enfermedades, como la peste bubónica o el tifus.

LEO, ANALIZO Y EJECUTO.

v  Pregunta a tu profesor o profesora de Desarrollo Ambiental donde quedan los ganglios linfáticos y cual es su importancia en nuestro cuerpo.

v  En un mapa de Europa ubica los países que fueron azotados por la peste negra.

v  Investiga como se transmite la peste negra y luego explica como o combatiríamos si se presentara en nuestra comunidad.

v  Eres un periodista o una periodista te encuentras en Europa en los tiempos de la epidemia escribe un artículo periodístico sobre lo  que puedes observar. La siguiente lectura te puede ayudar.

Ocho siglos más tarde, la peste negra barrió toda Europa, llegando a Italia en 1347. El escritor italiano Giovanni Boccaccio, en su obra clásica El Decamerón, describe casos de peste en Florencia: "En el momento de la aparición de la enfermedad, tanto hombres como mujeres se veían afectados por un tipo de inflamación en la ingle o las axilas que en ocasiones alcanzaba el tamaño de una manzana o de un huevo. Aunque algunos de estos tumores eran más grandes y otros más pequeños, todos ellos recibían la denominación común de ganglios. A partir de estos dos puntos iniciales, los ganglios comenzaban al poco tiempo a propagarse y a extenderse generalmente por todo el cuerpo. A continuación, las manifestaciones de la enfermedad se transformaban en manchas negras o pálidas extendidas por brazos y muslos o por todo el cuerpo". En la actualidad los historiadores estiman que una tercera parte aproximadamente de los 80.000 habitantes de Florencia murieron a causa de la peste entre la primavera y el verano de 1348.

Existen también vívidas descripciones de la peste correspondientes a la Gran Plaga de Londres que se declaró en esta ciudad en 1665. Tales descripciones fueron recopiladas por el escritor inglés Daniel Defoe en su obra Diario del año de la peste (1722), que reconstruye aquel desastre. Para describir la rapidez y crueldad con las que se propagó la enfermedad, Defoe narra la historia de una mujer joven que cae enferma con vómitos y "un terrible dolor de cabeza". Su madre la examina y confirma lo peor: "examinando su cuerpo a la luz de un candil, inmediatamente descubrió las señales fatídicas en la parte interior de sus muslos. Su madre, sintiéndose incapaz de contenerse, tiró la vela y gritó de una forma tan pavorosa que hubiera bastado para horrorizar al espíritu más firme de este mundo. En cuanto a la joven, a partir de ese mismo momento se convirtió en un cuerpo moribundo, pues la gangrena que origina los hematomas se había extendido por todo su cuerpo, falleciendo en menos de dos horas". En otro pasaje del libro, Defoe describe una ciudad sometida a una auténtica pesadilla de sufrimientos: "El dolor de las inflamaciones era particularmente intenso, incluso intolerable para algunos individuos". La gente corría despavorida por las calles, "delirante y aturdida, a menudo agrediéndose con las manos, tirándose por las ventanas, disparándose un tiro, madres [asesinando] a sus propios hijos presas de la locura".



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