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onocemos con el nombre de peste negra, a la
epidemia que desde 1347 a
1350 azotó a casi todo el continente Europeo. A juzgar por la inflación de los
ganglios linfáticos que producía, se trató de una epidemia de Peste Bubónica. Para algunos
tratadistas antiguos existieron desde el punto de vista médico otras variantes:
La peste Septicémica, que dejaba
sentir sus efectos sobre la sangre y la Neumónica,
que producía inflamación pulmonar las mismas que casi siempre resultaban siendo
mortales.
Todo induce a pensar que la epidemia provenía
de Asia probablemente de la
India y que llegó a Europa como consecuencia de la los
contactos comerciales que las grande potencias mercantiles que Italia sostenía
con el próximo oriente. Entre los años 1349 y 1350 se extendió por Inglaterra
el Norte de Europa y Escandinava. Solo regiones muy concretas pudieron
escaparse de sus desbastadores efectos como los Países Bajos, Bohemia y
Hungría.
El descenso
demográfico en algunas zonas fue realmente terrorífico. En China y en la India por ejemplo la peste
produjo un mortandad que iba del 60 al 90 % los índices de la pulmonar fueron
prácticamente del 100%.
Estudios recientes
ponen de manifiesto que las consecuencias más importantes de la gran crisis
agraria, (abandono de las granjas, disminución de las rentas agrarias, caída de
los precios agrícolas) generalmente en toda Europa fueron el resultado de la
peste. El abandono de las explotaciones agrarias afecto primordialmente a
aquellas que se encontraban aisladas o en las montañas, esto motivo la
migración hacia los valles, hacia las tierras despobladas provocando así la
despoblación en las extensas zonas montañosas.
El hecho de que en
Rusia la peste de 1351 y 1352 hubiese ido precedida de diversas catástrofes
como heladas sequías e inundaciones haría que sus consecuencias se dejaran
sentir como en el resto de Europa.
Por el contrario
desde 1300 hasta 1528 la población de Hungría paso de 2 millones de habitantes
a 4 millones. Ello se debió a que la peste no fue precedida por el hambre o que
el país no tenia puertos marítimos y que la población húngara tenia el tipo de
sangre “B” que es más resistente que el “A”.
A mediados de 1348
la peste negra amenazó el reino de Castilla, donde a consecuencia del contagio
falleció el propio Monarca Alfonso XI cuando se hallaba sitiando la plaza de
Gibraltar.
En Navarra el
descenso demográfico provocado por la peste de 1348 y 1362 fue del 78% esta
caída vertiginosa se agravó como consecuencia de los brotes epidémicos que se
produjeron en 1381, 1383, 1384, 1386, 1411, etc, y de las guerras con Castilla en el siglo XV.
En Portugal el
retroceso demográfico, hizo que los campesinos se dirigiesen en masa a la
ciudad atraídos por los puestos de trabajo que habían quedado libre, lo cual
provocó en el campo una grave crisis de mano de obra lo que provocó una grave
crisis demográfico de las zonas rurales. La
peste negra marca el fin de la época agraria y el comienzo de predominio de la
ciudad; por otra parte toma un extraordinario un incremento en el proceso
de liberación del trabajador rural.
Las graves
consecuencias de la epidemia fueron: Despoblamiento,
que debilita la defensa de los territorios de la colonia, disminución de las rentas públicas, fallecimiento de notarios,
juristas, religiosos y médicos; es decir de profesionales que mantenían
estrecha relación con los enfermos; ocupación
ilegal de bienes que han quedado sin propietario, saqueo de fincas
desabitadas; abandono de las labores del campo; matanza de judíos, a los
que se le acusó de haber provocado las epidemias.
La despoblación fue
peor en el campo que en la ciudad, y sobre todo en las zonas montañosas. El
éxodo hacia las grandes ciudades permitió a estas compensar las enormes
pérdidas de población provocadas por una mayor facilidad en el contagio.
En síntesis la peste
negra de 1347 y 1351 constituye una de las mayores catástrofes demográficas que
registra la historia de la humanidad. Contribuyó de manera poderosa a
desencadenar o agravar la crisis económica y social que vivió Europa desde
mediados del siglo XIV hasta fines del siglo siguiente.
CESE DE LA EPIDEMIA
La peste permaneció endémica cuando no
epidémica en Europa durante los siguientes tres siglos y desapareció de forma
gradual tras 1670, fecha del último brote en Inglaterra. La mayoría de las
naciones occidentales se libraron en adelante de las grandes epidemias, aunque
Marsella fue la excepción en 1720. Permaneció, sin embargo, en el Próximo
Oriente y Asia, y fue preciso tomar precauciones para frenar su expansión. La
frontera entre los Imperios Austro-Húngaro y otomano permaneció como un cordón
sanitario, equipado de forma activa cuando aparecía un brote de la enfermedad
en el Lejano Oriente. La causa del declive en la incidencia de la peste sigue
siendo desconocida. ¿Tal vez se debió a que la rata negra fue reemplazada por
la parda y ésta resultó peor transmisora de la pulga? ¿Mejoraron las
condiciones de vivienda y las condiciones de vida? ¿Se hicieron los seres
humanos, tras siglos de infección, inmunes a ella? Los avances médicos, tan
importantes en la eliminación de otras enfermedades fatales en el mundo
moderno, parecen haber jugado un papel insignificante en el caso de la peste.
La
rata gris, también llamada rata común o rata parda, pertenece, junto al
topillo, el lemming y el hámster dorado, a la familia de los Múridos. Su
capacidad de adaptación a nuevos medios es extraordinaria, y además, son
animales muy prolíficos. Por otro lado, actúan como vectores en la transmisión
de ciertas enfermedades, como la peste bubónica o el tifus.
LEO,
ANALIZO Y EJECUTO.
v Pregunta a tu
profesor o profesora de Desarrollo Ambiental donde quedan los ganglios
linfáticos y cual es su importancia en nuestro cuerpo.
v En un mapa de Europa
ubica los países que fueron azotados por la peste negra.
v Investiga como se
transmite la peste negra y luego explica como o combatiríamos si se presentara
en nuestra comunidad.
v Eres un periodista o
una periodista te encuentras en Europa en los tiempos de la epidemia escribe un
artículo periodístico sobre lo que
puedes observar. La siguiente lectura te puede ayudar.
Ocho
siglos más tarde, la peste negra barrió toda Europa, llegando a Italia en 1347.
El escritor italiano Giovanni Boccaccio, en su obra clásica El Decamerón,
describe casos de peste en Florencia: "En el momento de la aparición de la
enfermedad, tanto hombres como mujeres se veían afectados por un tipo de
inflamación en la ingle o las axilas que en ocasiones alcanzaba el tamaño de
una manzana o de un huevo. Aunque algunos de estos tumores eran más grandes y
otros más pequeños, todos ellos recibían la denominación común de ganglios. A
partir de estos dos puntos iniciales, los ganglios comenzaban al poco tiempo a
propagarse y a extenderse generalmente por todo el cuerpo. A continuación, las
manifestaciones de la enfermedad se transformaban en manchas negras o pálidas
extendidas por brazos y muslos o por todo el cuerpo". En la actualidad los
historiadores estiman que una tercera parte aproximadamente de los 80.000
habitantes de Florencia murieron a causa de la peste entre la primavera y el
verano de 1348.
Existen
también vívidas descripciones de la peste correspondientes a la Gran Plaga de Londres
que se declaró en esta ciudad en 1665. Tales descripciones fueron recopiladas
por el escritor inglés Daniel Defoe en su obra Diario del año de la peste
(1722), que reconstruye aquel desastre. Para describir la rapidez y crueldad
con las que se propagó la enfermedad, Defoe narra la historia de una mujer
joven que cae enferma con vómitos y "un terrible dolor de cabeza". Su
madre la examina y confirma lo peor: "examinando su cuerpo a la luz de un
candil, inmediatamente descubrió las señales fatídicas en la parte interior de
sus muslos. Su madre, sintiéndose incapaz de contenerse, tiró la vela y gritó
de una forma tan pavorosa que hubiera bastado para horrorizar al espíritu más
firme de este mundo. En cuanto a la joven, a partir de ese mismo momento se
convirtió en un cuerpo moribundo, pues la gangrena que origina los hematomas se
había extendido por todo su cuerpo, falleciendo en menos de dos horas". En
otro pasaje del libro, Defoe describe una ciudad sometida a una auténtica
pesadilla de sufrimientos: "El dolor de las inflamaciones era particularmente
intenso, incluso intolerable para algunos individuos". La gente corría
despavorida por las calles, "delirante y aturdida, a menudo agrediéndose
con las manos, tirándose por las ventanas, disparándose un tiro, madres
[asesinando] a sus propios hijos presas de la locura".
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